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Te quiero, marinero que atracas en mi orilla,
y pescas mi cadera con una redecilla.
Yo quiero ser el beso que te toca y se va;
Si beso tus anzuelos, dime, ¿Qué pasará?
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Te vivo tan de lejos... . Hasta me maravilla
que pintes de colores bermejos mi mejilla,
que escribas por mi espalda lo que está más allá,
y pongas a mi lado lo que nunca vendrá.
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Y te tengo poeta, tan dulce, tan esquivo,
y tan fugaz y tan intensamente vivo,
que eres una mañana, un rayito de sol
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Suenas lento, vibrante; hablando en si bemol,
tu no tan sostenido en mi acorde de si,
que si alcanzas mi nota me romperás a mí.
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