Te esperaré de mármol y vacía,
el musgo nacerá por mi cadera;
así te firmaré toda la espera
que tenga que valer tu compañía.
-
Te espero estatua, muda, quieta, fría;
ojos de piedra, corazón de cera.
Parece que mi boca desprendiera
lascas de pena y polvo de apatía.
-
Y me reservaré todo el aliento,
toda mi vida y todo lo que siento
hasta que habites en mi cuerpo helado.
-
En ese instante, solos, frente a frente,
me entregaré a tu sueño ciegamente
y nos desnudaremos del pasado.
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