Navégame

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Navégame esta noche enamorado:
iza velas y zarpa en tu navío;
suelta el timón y, rumbo a su albedrío,
déjate discurrir por mi costado.
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Zozobra por mi mar alborotado
hasta encallar tu cuerpo junto al mío,
y tira el ancla si un escalofrío
surca las olas de mi amor mojado.
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Yo haré de faro en esta bienvenida,
alisaré la arena de la playa,
y adornaré tu cuello con collares;
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luego hundiré tu barco y mis pesares,
y de tu amor, para que no se vaya,
amarraré los cabos con mi vida.