Marcel: digo tu nombre
así, pausadamente,
y estoy diciendo cielo:
senda de nubes, corro de gaviotas,
espacio abierto y libre,
ilimitado y vivo porque tú no te acabas.
Y te dejas caer sobre la tierra
buscando nuevas formas,
pintando de colores los paisajes;
y por todas mis cosas
despiertas el deseo de ser vivas.
Pero te vi de lejos
aunque tu azul templado me envolvía,
y sólo pude verte en blanco y negro
porque así son mis ojos.
Yo te quise guardar en mi retina
pero el cansancio me cerró los ojos
y desapareciste, como se van las nubes.
( Cartas a Marcel )
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