martes, 23 de noviembre de 2010

o0o A Miguel Hernández o0o

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A ti Miguel, pastor de mis montañas,
porque me trepan todas tus ovejas,
me nacen tus corderos por las cejas
y brotan ríos desde mis pestañas.
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Llevo  anidada dentro, en las entrañas,
tu colmena de amor y tus abejas;
y me reparto el frío de tus rejas
y los mordiscos de tus alimañas.
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Miguel, sencillamente, enamorado.
Cuánto duelen tus versos de soldado:
Sabes hablar de amor hasta en la guerra.
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Yo vivo con tus rayos en el pecho
y creo en Dios porque te dio el derecho
de doblegar el cielo ante la tierra.

viernes, 5 de noviembre de 2010

o0o Entre dolor y pena o0o

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Sólo me sirve el cuerpo para algo
que  empiece por dolor y acabe en pena,
porque a día de hoy es lo que valgo:
ya no siento placer ni cosa buena.
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Cuánto dolor me corre, como un galgo
que no puede parar, va sin cadena.
Mi pena sin domar, y la cabalgo
pero me despedaza y desordena.
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¿Cuánto puedo aguantar el sufrimiento
de tu beso de espinas?. No escarmiento
y me las clavo con adoración.
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Pero la fe es el dedo de una diosa:
toca la espina,  se convierte en rosa
y crece un ramo por mi corazón.